
En un mundo que cada día se vuelve más digitalizado, los ataques cibernéticos se han hecho una amenaza constante para las empresas de todos los tamaños. Desde el robo de datos confidenciales hasta interrupciones en los servicios, las consecuencias pueden ser devastadoras. Las empresas deben estar preparadas no solo para responder a los incidentes, sino para prevenirlos antes de que ocurran. En México, las principales amenazas cibernéticas afectan sectores clave como el financiero, energético y de telecomunicaciones.
En este artículo, analizaremos las principales estrategias preventivas recomendadas por la Agencia de Seguridad Cibernética e Infraestructura (CISA) de EE.UU. y cómo pueden ser implementadas por empresas mexicanas. CISA es la agencia estadounidense responsable de proteger la infraestructura crítica contra amenazas cibernéticas y físicas, y proporciona alertas y guías para hacerlo. La ciberseguridad se está volviendo cada vez más importante en México, y este artículo explorará cómo las empresas pueden minimizar el riesgo y proteger sus activos mediante la aplicación de estas estrategias.
1. Importancia de proteger las infraestructuras críticas
Cada país tiene normas sobre cómo gestionar una infraestructura crítica, que son componentes físicos o virtuales considerados esenciales ya que su funcionamiento afecta directamente a la sociedad y economía.
Los sectores gubernamentales y de salud son fundamentales para el bienestar de la población mexicana, por lo que las empresas que los atienden directamente se vuelven esenciales. Cualquier interrupción en sus servicios puede tener grandes consecuencias sociales y económicas. México es un blanco atractivo debido a la falta de regulaciones estrictas y la baja inversión en ciberseguridad en ciertas empresas.
2. Estrategias proactivas de prevención
La CISA promueve una postura al implementar medidas para mitigar las vulnerabilidades antes de que sean explotadas. Esto incluye el uso de firewalls de siguiente generación, sistemas de detección de intrusos y monitoreo continuo de redes y sistemas. Además, la creación de un plan de respuesta ante incidentes y plan de continuidad del negocio.
Las empresas mexicanas son responsables de adoptar tecnologías de defensa de profundidad, implementar un plan de contingencia donde se definan roles y responsabilidades, así como los pasos a seguir en caso de un ataque cibernético.
3. Colaboración y compartir inteligencia sobre amenazas
La colaboración entre diferentes organismos es fundamental para responder rápidamente a nuevas amenazas. En México algunos de estos organismos son ISACs (Information Sharing and Analysis Centers), que permite recibir alertas y aprender de las experiencias de otros, Centro Nacional de Respuesta a Incidentes Cibernéticos (CNI) y con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Esto es una manera de mantenerse actualizado frente a las nuevas amenazas.
4. Uso de herramientas y marcos de trabajo
Estos marcos de trabajo ayudan a las diferentes organizaciones a realizar evaluaciones de riesgos y construir un plan de seguridad según sus necesidades. En el caso de la CISA recomienda un Cybersecurity Framework, el cual provee lineamientos basados en estándares internacionales y mejores prácticas para fortalecer las defensas cibernéticas.
En México se recomienda adoptar este marco o similares como son ISO/IEC 27001 o el NIST Cybersecurity Framework. Al aplicar alguno de estos estándares internacionales permite crear sólidas políticas, evaluar los riesgos cibernéticos y crear una infraestructura de seguridad sólida.
5. Capacitación continua y concienciación
La CISA toma como prioridad que el personal encargado de la protección de las infraestructuras críticas sea capacitado adecuadamente y continuamente. La ciberseguridad no es responsabilidad exclusiva del equipo de IT, sino de toda la organización. Estas capacitaciones se recomiendan tener desde los niveles administrativos a ejecutivos. Uno de los principales retos de las empresas mexicanas es el reconocer que todos sus colaboradores son una línea de defensa.
Según un estudio de IBM, el error humano es la causa principal del 95% de las violaciones de la ciberseguridad (Campbell, 2021), por lo que implementar planes de capacitación y concientización continua ayuda a promover la cultura organizacional sobre el valor de la seguridad cibernética.
6. Evaluación y mejora continua
Estas evaluaciones consisten en realizar ejercicios y facilita la detección de vulnerabilidades y mitigarlas antes de que sean explotadas Otra recomendación es realizar auditorías de seguridad de manera constante que no solo permiten detectar las brechas de seguridad sino también permiten mejorar los protocolos existentes, optimizar configuraciones y asegurar el cumplimiento de normativas y mejores prácticas.
La CISA realiza ejercicios y simulacros para evaluar la resiliencia de las infraestructuras críticas ante ataques que permite que las organizaciones tengan una respuesta rápida y efectiva ante una amenaza.
7. Respuesta a incidentes y resiliencia
Un plan de respuestas a incidentes permite la recuperación después de un incidente ya que contempla las acciones específicas para contener, erradicar y recuperar los sistemas afectados, minimizando así el impacto en las operaciones y reduciendo el tiempo de inactividad.
Este plan también contempla las acciones de mejora continua lo que previene futuros incidentes, la designación de roles y responsabilidades, protocolos de comunicación internos y externos, procedimientos de análisis forense y las medidas para evitar la recaída de vulnerabilidades explotadas. La resiliencia organizacional es clave para mantener la continuidad del negocio incluso durante un ataque cibernético.
8. Adaptación a la evolución de las amenazas cibernéticas
La evolución de las amenazas cibernéticas es constante, y la adaptación a los diferentes enfoques para prevenir diferentes formas de ataque es necesaria. Unas de las inversiones necesarias para las empresas es el monitoreo de infraestructura, asi como el estar informados ante las últimas tendencias y vulnerabilidades, lo cual sirve para adaptarse rápidamente ante las nuevas tácticas utilizadas por los atacantes.
No sirve solo reaccionar ante los incidentes, sino anticiparse a las amenazas y estar siempre un paso adelante.
Al seguir estas estrategías recomendadas por la CISA las empresas pueden implementar medidas preventivas y efectivas que les permitan anticiparse a las amenazas, mitigar riesgos y responder de manera eficiente ante incidentes de seguridad.
En México la aplicación de estas medidas adaptadas a su entorno y sector no solo reducen un ataque cibernético exitoso, también fortalece la resiliencia organizacional, lo que permite a las empresas reducir el tiempo de recuperación y el impacto en sus operaciones. En el panorama actual la ciberseguridad en las empresas cuenta con tres pilares fundamentales:
Colaboración: El intercambio de conocimiento sobre amenazas entre empresas, organismos gubernamentales y grupos especializados en ciberseguridad fortalece la capacidad de respuesta
Educación continua: La capacitación y concientización, continua y adecuada es esencial para prevenir incidentes causados por errores humanos, que es uno de los principales vectores de ataque.
Adopción de marcos de trabajo efectivos: Implementar estándares y marcos reconocidos, como el NIST Cybersecurity Framework, ISO/IEC 27001 o CIS Controls, permite a las empresas estructurar su estrategia de seguridad.
México es el segundo país de América Latina con más ciberataques, después de Brasil. Según datos de Fortinet, en 2023 se registraron más de 200 mil millones de intentos de ciberataques en el país, lo que evidencia la creciente amenaza para empresas e instituciones gubernamentales, en este panorama la prevención y preparación son la mejor defensa. Adaptando un enfoque seguro no solo reduce la exposición a ciberataques, sino también garantiza la continuidad de las operaciones y protección de los activos más críticos.
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